Jordi Ramos: “A partir de los refugios se puede explicar un momento concreto de la ciudad"
- memoriasbarcelona
- 8 may 2020
- 8 Min. de lectura
La Guerra Civil que llegó a su fin en el 39 dejó huellas difíciles de olvidar, pero 81 años después poco queda de las generaciones que padecieron el alzamiento militar del franquismo. Ciudades como Barcelona aún conservan vestigios de este periodo imborrable en nuestra historia. Sin embargo, ¿se está olvidando el patrimonio de la Guerra Civil en Barcelona? ¿qué sucedió con los refugios antiaéreos una vez acabada la guerra?
Jordi Ramos, licenciado en Historia por la Universitat de Barcelona y especializado en arqueología, una disciplina que como él afirma “siempre aporta”, trabaja en la empresa arqueológica ATICS SL. y se dedica a hacer intervenciones en Cataluña. Nacido en Barcelona y residente del Prat, Jordi dice de la ciudad condal que “Barcelona dentro de Cataluña representa mucho más de lo que es el límite de la ciudad”. Lleva años estudiando la Guerra Civil y ha publicado numerosos artículos para documentar sus investigaciones y excavaciones que ha ido realizando desde que se graduara en 2001.

¿Crees que la historia de Barcelona se tiene en cuenta o queda un poco en el olvido?
La historia de Barcelona, siempre, desde época medieval, la época moderna y actualmente siempre ha gozado de buenos historiadores. Creo que dentro del estado español es una de las ciudades que más se preocupa por la historia. Hay un conocimiento muy alto de la ciudad de Barcelona. Cualquier fotografía, cualquier artículo, cualquier cosa, siempre hay gente dispuesta a leerlo, a reconocer esa fotografía y por eso el volumen de interés de la población es muy alto. Pero claro, es una ciudad muy orgánica, muy cambiante y hay muchos vacíos.
Respuesta de Jordi Ramos i Ruiz a la pregunta anterior.
"La historia de Barcelona, siempre, desde época medieval, la época moderna y actualmente siempre ha gozado de buenos historiadores"
En relación con este vacío, ¿se está olvidando progresivamente el patrimonio de la Guerra Civil en Barcelona?
Lógicamente, eso pasa en todas las ciudades del Estado y ha pasado que siempre es el siglo XXI que ha aportado poco interés. Pero el patrimonio de la Guerra Civil desde el 2001 en Barcelona se ha intentado tener presente. Hoy en el momento en el que vivimos hay tanto como el museo de historia de Barcelona como el Servei d’Arqueologia de Barcelona. Parte del memorial democrático de la Generalitat como la Regidoría de Memoria que existe en el ayuntamiento están haciendo gran labor sobre ello. Se están haciendo muchas cosas y desde hace unos años incluso ha aumentado el estudio, pero la verdad es que hay vacíos.
En Barcelona hay puntos en los que encontramos vestigios de la Guerra Civil. ¿En qué medida es importante preservar estas huellas?
Hay mucha simbología que es necesaria en la ciudad para poder explicarlo. Es decir, no se entiende a veces un conflicto bélico sin sus vestigios, es imposible. Son momentos, como la Segunda Guerra Mundial que es el ejemplo de cómo los diferentes países han tratado de conservar sus vestigios de diferentes maneras. La ciudad de Barcelona, aparte de que va tarde en conservación de vestigios, creo que está en un punto que hay que hacerlo más llamativo, se tiene que explicar y señalar para que la gente lo considere. En arquitectura falta un empujón porque hay mucha vida dentro de estos edificios que nos lo dan las personas. Para ser Barcelona creo que es un vacío muy grande en ese sentido.
¿Cómo se decide que se hace con uno de estos importantes puntos históricos en la ciudad?
Previamente a cualquier obra ya hay un estudio. El problema es cuando estos edificios o estas estructuras no se tiene constancia de ellos. Se emite un informe, se tramita todo en el Servei d’Arqueologia de Barcelona que es el Ayuntamiento y ellos lo tramitan a la Generalitat. Lo esencial es la documentación, para que quede constancia de todo lo que había por si se destruye o no. Es bueno que los medios de comunicación hablen de ello y que la población sepa qué se está haciendo. Hoy en día hay mucha sensibilidad, hace diez años era menor el tema de la Guerra Civil. Se reclama la protección porque yo creo que la gente se ha dado cuenta de que nos estamos quedando sin ella, sin este patrimonio bélico de la guerra.
En relación con los refugios antiaéreos, ¿qué importancia tienen en la historia de Barcelona los que se conservan?
Somos la primera ciudad de la historia bombardeada sistemáticamente, un día tras otro y durante un periodo concreto. Ya desde finales del 1936 sabían que podían darse estos bombardeos y se empezó a hablar de crear refugios. En un momento puntual de la historia toda la población de Barcelona y otros municipios se organizan colectivamente para crear estas estructuras. Tienen un nexo común porque todas están conectadas principalmente por la Junta de Defensa Pasiva y otros organismos de la ciudad. Pero cada refugio forma parte de una realidad concreta. A partir de los refugios se puede explicar un momento concreto de la ciudad y sobre todo del pánico y del miedo. Y por eso yo creo que el ayuntamiento de Barcelona está trabajando en ello para revalorizarlos y está haciendo desde hace tiempo muchas faenas para poder ofrecerlo a la población.
Respuesta de Jordi Ramos i Ruiz a la pregunta anterior.
¿De quién era competencia proveer los recursos para la construcción de esos refugios durante la Guerra Civil?
En primer momento cuando se organiza, es decir, la que coge la obligación de proteger a la población de Barcelona es la Generalitat de Catalunya y por eso creó lo que se llama la Junta de Defensa Pasiva de Catalunya que esta Junta en cada municipio tiene una rama que es la Junta de Defensa Local. Cuando empezaron a hacer refugios el coste lo pagaba la Junta de Defensa. Pero en Barcelona empezó a subvencionarlos el mismo ayuntamiento. Hay algunos refugios que el ayuntamiento obligaba que en un futuro fueran un parking, una cloaca, una fresquera para conservar diferentes alimentos, que después se pudieran utilizar para poder trabajar subterráneamente. Pero hay refugios que en cierta manera tienen una categoría de privada. Tenían unos vales para poder entrar en algunos refugios de barrio: si podías pagar, podías entrar. Aunque durante un bombardeo podía entrar cualquiera. Además, la Junta de Defensa Pasiva tiene arquitectos y tiene ingenieros. En Barcelona, la Agrupación Colectiva de Obras, que son los que se encargan, es como la brigada municipal de hacer de todo y se destina la mayoría de personal a construir refugios.
Principalmente, ¿qué ha sucedido con estos refugios?
La realidad es la siguiente, cuando entran las tropas franquistas se encuentran con una ciudad aislada, devastada. Hay muchas cavidades abiertas, el régimen franquista cambia lo que es la Junta de Defensa Pasiva y rápidamente crea la Junta de Defensa Nacional. Lo que deciden es que los edificios que han sido bombardeados los cierran. Hay empresas que tienen el encargo de ir cerrando refugios. La intención del régimen franquista no es más que otro que poderlos reutilizar, poderlos reabrir. Es verdad que los medios en el ‘41 son mínimos y que la segunda guerra Mundial puso en evidencia que estos refugios con la nueva aviación era imposible que absorbieran una bomba. Entonces se decide posteriormente que estos refugios no tienen sentido y se cierran definitivamente. Algunos refugios sí que han sido siempre precintados y guardados en cierta manera por si acaso. También hay que decir que en el ‘43, Carrero Blanco dictaminó para poblaciones como Barcelona que el subterráneo debe de ser acondicionado por si hay un ataque de las tropas aliadas y se construyen un poco más de veinte refugios pero siempre vinculados a grandes edificios del Estado.

Según uno de tus artículos están los refugios republicanos y posteriormente los del franquismo.
Sí, están los refugios que se hicieron durante la república y después los que se continúan en cierta manera, que se preservan, y hay un intento del régimen franquista de crear unos refugios más por si acaso. Con la Junta de Defensa nacional del régimen franquista que funciona en todo el Estado se va diluyendo y va creando otras razones de defensa. Es decir, sobre cómo tienen que actuar los bomberos o la sanidad en caso de un bombardeo. Se preocupa por otras cosas y no por refugios.
Como historiador y arqueólogo, ¿crees en la Teoría cíclica de la historia? Es decir, según la cual la historia repite infinitamente las mismas fases.
Lo de cíclico no lo creo la verdad porque no es que aprendamos de ella, es evidente que no. Todo va cambiando y nosotros podemos hacer paralelismos con otras cosas pasadas, eso es verdad. Es decir, ¿esto ha ido pasando? Sí, pero no de la magnitud y de la misma vida que vivimos. Creo que no es que sea cíclico, sino que estas crisis que vamos teniendo son cambiantes. Por ejemplo, en caso de guerra, ¿tendríamos que aprender de la Guerra Civil? Ya no tendría sentido porque todo sería muy diferente. Nosotros al evolucionar vamos para bien o para mal. ¿Podemos aprender de la historia? Claro, muchísimo, como ser humano, pero no por crear diferentes tecnologías y demás.
Respuesta de Jordi Ramos i Ruiz a la pregunta anterior.
¿Crees que parte del pasado de la historia de Barcelona aún sigue presente en nuestra actualidad?
Claro, yo creo que sí. Creo que nosotros podemos ver la ciudad de muchas maneras y en cierta manera somos parte del paisaje que ha tenido Barcelona. Nosotros no dejamos de ser parte del paisaje que se va transformando, pues las personas también van cambiando. Y es esto, para generaciones futuras debemos mostrar el interés de dejarles esas trazas de edificios, de vestigios, de refugios… para que entiendan un poco mejor. Yo creo y espero que de aquí a cuarenta años la faena que se está haciendo también se critique para bien o para mal. Por eso es importante demostrar que nos interesa la historia de Barcelona.
¿Consideras que se destinan suficientes recursos en nuestra ciudad para preservar parte de la historia?
Yo lo veo desde mi óptica, ¿se destinan? Sí que se destinan. También depende mucho de las personas que estén delante trabajando. La suerte de Barcelona actualmente es que hay muchas personas que trabajan por la ciudad y hacen más haya del tema económico. También es una crítica a la ciudad de Barcelona en el sentido de que también depende mucho de la gente a nivel político que está. Es decir, hay un interés. Yo creo que la reflexión que todavía no hemos hecho como ciudad es ¿a dónde queremos llegar? No es cuestión de un partido político o de una o diferentes personas, sino de la población. Creo que los medios de comunicación en este sentido lo van haciendo. ¿Se destina mucho? Supongo que no, yo creo. Pero es sobre todo el interés de la población al final el que decide un poco todo.
"Es verdad que hay muchas personas que tienen silenciado hoy en día...o que no le dan importancia a vivencias que han podido tener y demás, pero son necesarias porque a partir de memorias individuales se construye parte de la historia."
¿Crees que preservar la memoria histórica de una ciudad es importante para su identidad?
Sí, es decir, una ciudad no puede existir si no tiene memoria eso es evidente. A partir de esos relatos que se hacen de memoria de ciudades se está tejiendo un poco la ciudad. No existe una memoria única, cada uno tiene su memoria, cada uno la representa. Pero esta memoria si la presentas es lo que después se puede llamar memoria colectiva que es la que interesa. Todo el mundo tiene que presentar su memoria para que esta sea parte del colectivo y que se hagan diferentes relatos. Es verdad que hay muchas personas que tienen silenciado hoy en día...o que no le dan importancia a vivencias que han podido tener, pero son necesarias porque a partir de memorias individuales se construye parte de la historia. Pero no deja de ser memoria, historia, me gusta decir que es la misma cosa.
Y como arqueólogo, ¿a qué retos os enfrentáis para defender y preservar la historia?
En Barcelona hay diferentes grupos dentro del mismo ayuntamiento donde todo el mundo puede opinar si es bueno conservarlo o no. Pero la arqueología urbana es muy difícil de gestionar porque hay muchos intereses. Yo creo que sí que hemos dado un paso desde hace años, los restos se tienen que en cierta manera proteger. Se protegen incluso tapándolos, no afectándolos que es la mayoría como se están haciendo en Barcelona. A veces la conservación es más costosa que dejarlos a la intemperie.
Por Marta Lorenzo y Beatriz Narros.
Lista de enlaces para visitar:
Conoce la Teoría Cíclica de la historia
Lee una de las entradas sobre Jordi Ramos en la página de la UB
Estudio de Jordi Ramos sobre los refugios de la Guerra Civil
Lee más sobre los refugios antiaéreos de la Guerra Civil
Comments